En un mundo donde la sostenibilidad ya no es una opción sino una necesidad, pequeños cambios en nuestras rutinas diarias pueden tener un gran impacto. Este es el caso de Nelson Rafael Canino, instructor del área de Teleinformática, quien desde hace tres meses decidió hacer un cambio significativo en su forma de movilizarse: ahora se transporta en una patineta eléctrica.
Nelson nos cuenta que, inicialmente, su motivación fue económica. “No tengo que pagar SOAT, ni técnico-mecánica, y el parqueo es gratuito en casi todos los lugares a los que voy. Eso representa un alivio significativo para el bolsillo”. Sin embargo, con el tiempo, se dio cuenta de que su decisión iba mucho más allá del ahorro: estaba apostando por una alternativa que reduce su huella ambiental y aporta a un entorno más limpio.
El caso de Nelson es un ejemplo claro de cómo el uso de transporte eléctrico trae múltiples beneficios, entre ellos:
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Reducción de emisiones contaminantes: al no utilizar combustibles fósiles, no produce gases nocivos para el medio ambiente.
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Menor congestión vehicular: su tamaño compacto permite una movilidad más fluida, especialmente en zonas urbanas.
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Cero ruidos: contribuye a una ciudad menos ruidosa y más habitable.
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Autonomía y flexibilidad: permite desplazarse con rapidez, sin depender del tráfico ni de los horarios del transporte público.
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Ahorro constante: sin gastos en combustible, seguros o mantenimientos costosos.
Con esta decisión, Nelson no solo transforma su día a día, sino que también inspira a aprendices y compañeros a considerar opciones más responsables con el entorno. En el SENA promovemos una cultura de sostenibilidad, y el ejemplo de nuestros instructores es fundamental para formar ciudadanos más conscientes.
Cada elección cuenta. Cambiar la forma en que nos movilizamos puede parecer un gesto pequeño, pero sus efectos se multiplican. Optar por alternativas limpias, como la patineta eléctrica, no solo nos beneficia a nivel personal, sino que también aporta al bienestar colectivo. Como comunidad educativa, tenemos el poder —y la responsabilidad— de liderar estos cambios.
¿Y tú, qué cambio estás dispuesto a hacer por el planeta?
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